Autor: STEFANONI, ANDREA Editorial: SEIX BARRAL Año de edición: 2015 Género: Narrativa |
Consuelo – la abuela- es solo una niña de 12 años que vive
en el pequeño pueblo Boeza, de la Provincia de León, España, cuando comienza la
guerra civil. A esa edad se dedicaba al pastoreo de las ovejas protegiéndolas de
los lobos. Sin madre porque había muerto tiempo atrás, vivía con su padre,
Emiliano, de profesión minero. Consuelo pasaba la mayor parte del tiempo con
sus tres amigos cuidando de sus rebaños. Solo en tiempos de invierno acudía a
la escuela.
Al finalizar la guerra, Consuelo contaba con 15 años, comienza
a trabajar en la mina. Allí conoce a Rogelio, un antifranquista condenado
varias veces a muerte pero liberado después de muchos años en prisión. Consuelo
y Rogelio se casan y de esa unión nace una niña, Elvira, pero a los pocos años
de su nacimiento sus padres se ven forzados a abandonar su pueblo y su país al
conocer que Felipe, un falagista a quien Rogelio traicionó al inicio de la
guerra, lo buscaba para vengarse.
Tras 20 días en un viaje en barco, llegan a la ciudad de
Buenos Aires, convirtiéndose en inmigrantes. Después de varias decepciones, por
encontrarse en un mundo de costumbres y expresiones diferentes, logran formar
un hogar en una isla del delta del Tigre. Allí trabajan como cuidadores de
casas y jardineros, encontrando una humilde y modesta estabilidad. En esta isla
nace su segundo hijo Gelo. Años después Elvira se encargará de darles a
Consuelo y a Rogelio dos nietos, Sofía y Pablo. Pero será Sofía, quien tras
recibir una llamada de su hermano, en la cual anunciaba que su abuela Consuelo,
ya una anciana de 86 años, había sufrido una caída; la que recuperará de la
memoria todo aquello que no se desea ni
se debe olvidar. Sofía irá rememorando secretos, recuerdos de la dura vida de
sus abuelos en los tiempos de guerra, mostrará los temores de la venganza y la
persecución de los vencedores sobre los vencidos y lo más importante revelará
cómo este matrimonio sobrevive a la condición de ser extranjeros.
Cuando comencé a leer me costó acostumbrarme al ritmo, al
tono y al estilo de su narración. La autora usa frases cortas, simples y en
ocasiones da la sensación de que deja simplemente rastros, espacios en blanco
que uno debe llenar. En otras ocasiones las descripciones son sencillas y muy
precisas. El ritmo es muy poético pero ligero, sin grandes profundidades en
situaciones donde quizás otros autores hubieran descrito con mayor detalle, sobre
todo durante la guerra y la postguerra. Cierto es que la autora no se detiene
en crónicas sangrientas, ni injusticias, ni grandes acciones heroicas. Tampoco relata
visiones políticas, ni acciones revolucionarias. Es la simple historia de la
experiencia vivida por sus personajes. Muy individuales, muy personales.
Me gustó la entereza, el coraje y la humildad que
caracteriza a Consuelo. Una mujer que estuvo dispuesta a soportar en silencio
pero con gallardía los abusos de su madrastra, una mujer que supo contener y
servir de apoyo cuando acechaban los miedos de su marido o cuando emprendió su
proyecto como apicultor. Consuelo fue el pilar de una familia que logró vencer
sus temores y sus propias limitaciones para adaptarse a los cambios y conseguir
paz y felicidad.
Su nieta Sofía revela las confesiones y los recuerdos de
sus abuelos, pero también da un testimonio de su vida en aquella isla cuando
iba de visita o de vacaciones.
Este libro habla de la nostalgia, de la melancolía, de no
olvidar y mantener vivo todos los momentos felices del pasado.
Lo que no me gustó es que ciertos personajes se pierden, como
Elvira, de quien en la tercera parte del libro prácticamente se ignora. Otro personaje,
como el hermano de Elvira, es simplemente un nombre, no tienen sustancia, ni
peso. Rogelio también se opaca. Aún cuando la protagonista es la abuela, me
hubiera gustado que estos personajes estuvieran más presente.
La abuela civil española, se lee rápido por el estilo de
su narración. No se puede esperar grandes lecciones de vida. Creo que le
faltaron ciertos ingredientes que permitiera que el lector se identificara con
los personajes. Me gustó, pero no es un libro imprescindible. De todo lo leído
me quedo con una frase que resume el tema central:
“La abuela nos sobrevivió a todos. La abuela es la vida y
la guerra”
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